En cada corte, en cada detalle, reside el arte de la carpinteria

Liscano Carpintería empieza cuando mi padre, con sus manos hábiles y su amor por la madera, me introdujo al arte de la carpintería. Teníamos nuestro pequeño taller en la casa, juntos, compartimos horas de trabajo meticuloso, aprendiendo los secretos del oficio y cultivando un vínculo que trascendía lo laboral. Con el tiempo, ese vínculo se convirtió en la base de lo que somos hoy en día. Para nosotros, es un tributo a nuestra herencia familiar, donde cada pieza está impregnada con el mismo cuidado y dedicación que mi padre me enseñó. En cada proyecto nos esforzamos por mantener viva la tradición mientras exploramos nuevas formas de expresión, siempre con el mismo amor y pasión que nos han guiado desde el principio.